El proyecto se ubica en el centro histórico de Banyeres de Mariola, en el perímetro de lo que fue una de las murallas de la ciudad y muy cercana al castillo que todavía la corona.
El objetivo fue desde un principio la adaptación a su entorno inmediato, integrando una vivienda contemporánea en un entorno histórico. De este modo se busca un lenguaje de fachadas másicas, huecos profundos y cubiertas de teja curva tradicional.
El exterior dialoga con las edificaciones del entorno y la volumetría se adapta al gran desnivel existente entre las tres fachadas que forman el chaflán, de modo que se genera un potente volumen con cubierta a tres aguas y otro volumen menor altura que colmata la parcela con forma ligeramente irregular.
La vivienda unifamiliar resultante tiene un total de cuatro plantas con tres accesos distintos. El programa de vivienda ocupa las dos plantas altas, ubicando la zona de día en superior, donde se sitúan las mejores vistas. En esta planta se sitúa donde existe una terraza orientada a sur retranqueada del volumen exterior, de este modo el salón principal dispone tres grandes aperturas a tres orientaciones distintas.
El resultado es una vivienda contemporánea que, a pesar de su modernidad, mantiene y respeta los valores y la estética de la arquitectura tradicional.